Los peligros del perfume
Una fragancia puede ser seductora y sin duda nos define. ¿Cuántas veces hemos sabido que alguien estaba cerca solo por su olor? Sin embargo, debemos tener cuidado con los componentes químicos que componen los perfumes porque pueden tener efectos más importantes que una simple alergia en la piel.
En el pasado, los perfumes se obtenían de las glándulas odoríferas de ciertos animales. Sin embargo, esto ahora es poco práctico y resultaría en un costo exorbitante además de contribuir a la extinción de muchas especies, lo cual es completamente inaceptable. Por lo tanto, los compuestos naturales han sido reemplazados gradualmente por compuestos sintéticos, principalmente derivados de plantas, en los laboratorios.

Debemos tener cuidado al aplicarnos los perfumes. Algunos fabricantes en países donde el control legal no es muy estricto usan sustancias que pueden causar reacciones alérgicas en la piel como eczema o pigmentación que puede durar un tiempo. Sin embargo, además de estas reacciones más o menos inofensivas, algunos perfumes pueden contener compuestos verdaderamente tóxicos.
Es increíble observar como los restos de perfume pueden ser absorbidos a través de la piel y depositados en el tejido adiposo. Además, las mujeres lactantes deben tener mucho cuidado ya que algunos compuestos químicos son absorbidos por la piel y pasan directamente a la leche materna. Si bien no se ha demostrado que causen daños inmediatos a la salud de las personas, aún se desconoce su reacción a largo plazo. Por ello, lo mejor es evitar los perfumes que contengan una gran cantidad de compuestos químicos.
Lo que se ha demostrado es que la mayoría de los perfumes contienen alcohol, el cual se trata con un compuesto llamado ftalato de dietilo para quitarle sus propiedades. Al ser absorbido a través de la piel, puede producir una alteración en el sistema inmunológico.
Aunque es difícil encontrar un perfume sin compuestos químicos, hay dos cosas importantes que podemos hacer para minimizar la exposición a sus efectos. En primer lugar, trata de conocer su composición y evita utilizar aquellos que contengan un exceso de sustancias químicas. En segundo lugar, no aplique el perfume directamente sobre la piel o aplique lo menos posible. Es mejor aplicarlo en la ropa para asegurarnos de que podemos disfrutar del aroma que nos gusta sin posibles efectos secundarios.